El término transversal se refiere a la ubicación que se pretende ocupen dentro del plan y los programas de estudio determinados contenidos considerados como socialmente relevantes. Dichos contenidos son concebidos como ejes que atraviesan en forma longitudinal y horizontal al currículo, de tal manera que en torno a ellos se articulan los contenidos correspondientes a las diferentes asignaturas. Los grandes ejes transversales que se consideran pertinentes para los fines de este trabajo son: Educación para la salud y Educación para la convivencia; cada uno de ellos agrupa a su vez distintos temas, el primero contempla la educación afectivo sexual, prevención de las adicciones; el segundo abarca la educación para las relaciones igualitarias entre géneros, la prevención del maltrato y el abuso sexual infantil y la educación para la paz.
El término “transversal” se enmarca en la nueva concepción curricular que, ante la crisis de la función normativa de la escuela, que pretendía alcanzar conductas neutras y susceptibles de ser generalizadas, promueve un modelo en el que las problemáticas socialmente relevantes se constituyen en el eje articulador de propósitos y actividades educativas
Los temas transversales hacen referencia a problemas y conflictos que afectan actualmente a la humanidad, al propio individuo y a su entorno natural; son contenidos con un importante componente actitudinal, de valores y normas, que pretenden ofrecer una formación integral al alumnado. Se afirma que tienen un carácter transversal, tanto en el espacio como en el tiempo en tanto que se desarrollan desde las asignaturas (con un planteamiento globalizador o interdisciplinar) por lo que impregnan todo el currículum.
La concepción del término “transversal” ha pasado por diferentes momentos con distintos significados, hasta llegar a lo que representa en la actualidad; en un primer uso aludía a ciertos contenidos académicos que debían considerarse en las diversas disciplinas escolares, para posteriormente incorporar la dimensión ética y actitudinal, encaminadas al desarrollo de habilidades de convivencia. Los temas transversales son un aspecto que demanda un replanteamiento de las actuales prácticas educativas, responde a una necesidad de elevar la calidad de la atención que se brinda en nuestras escuelas en la medida en que respondan a las siguientes características:
· Reflejar una preocupación por los problemas sociales, en la medida en que representen problemáticas vividas actualmente en nuestras sociedades y se vinculen con las informaciones, inquietudes y vivencias de los alumnos.
· Conectar la escuela con la realidad cotidiana. La educación escolar debe promover el cruce entre la cultura pública y la vida cotidiana de los alumnos. En la escuela, además, ha de ser posible el desarrollo integral de sus capacidades intelectuales, afectivas, sociales y éticas.
· Destacar la educación en valores como uno de los ejes fundamentales de la educación integral.
· Permitir adoptar una perspectiva social crítica frente a los currículos tradicionales que dificultan las visiones globales e interrelacionadas de los problemas de la humanidad.
El abordaje de los diferentes ejes transversales debería cumplir con un doble propósito: permitir consolidar y ejercitar nuevos procedimientos y competencias que contribuyan a profundizar, de un nivel educativo a otro, el análisis de una misma problemática y, sincrónicamente, promover y potenciar, desde las diferentes asignaturas, las competencias propias de las estructuras cognoscitivas y afectivas de los diferentes momentos evolutivos del desarrollo.
Los temas transversales pretenden proporcionar una herramienta para aproximar el currículo a la vida, en la medida en que son planteados en función de las preocupaciones sociales más actuales y urgentes, pueden ofrecer, sin modificaciones significativas, un medio de adaptación y ajuste de los contenidos de las distintas asignaturas. Los temas que pueden ser identificados para su tratamiento transversal, dependerán de cada contexto socio - cultural y de las necesidades propias de cada comunidad educativa, aunque existen ciertos tópicos recurrentes en torno a los cuáles parecen girar la conflictividad social y las preocupaciones individuales y comunitarias.
Es en este sentido que los contenidos de las distintas asignaturas adquieren el valor de instrumentos necesarios para la consecución de las finalidades deseadas, lo cual supone recuperar en la planeación escolar los siguientes criterios:
· Acercamiento de la escuela a los procesos sociales, económicos y políticos, considerando el contexto cotidiano y singular de la comunidad educativa
· La función social del aprendizaje
· La concepción constructivista del aprendizaje
· El aprendizaje cooperativo
· El papel del profesor como agente de cambio
· La transformación del papel pasivo del alumno hacia un rol activo y comprometido con los problemas de su comunidad
· La importancia de los contenidos actitudinales
· La unidad didáctica, los centros de interés, el método de proyectos entre otros como propuestas para la planeación de actividades integradoras
· La necesidad de un cambio en la concepción de la evaluación
· El diálogo como la vía regia de intercambio de experiencias, creencias y opiniones en el proceso educativo
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